Fricción atmosférica
La
atmósfera es un escudo protector contra los impactos de enorme energía que
provocarían aún pequeños objetos espaciales al colisionar a altísima velocidad
la superficie del planeta.
Sin
atmósfera, la velocidad de colisión de estos objetos sería la suma de su propia
velocidad inercial espacial (medida desde nuestro planeta) más la aceleración
provocada por la gravitación terrestre.
Velocidad
constante en caída libre
Un
cuerpo en caída libre dentro
de la atmósfera puede tener velocidad decreciente, dado que la atracción
gravitacional produce un movimiento uniformemente acelerado solamente en el
vacío.
Si
un cuerpo comienza a caer atravesando la atmósfera, se va acelerando hasta que
su peso es igual a la fuerza de fricción que se produce por el desplazamiento
dentro del aire. En ese momento deja de acelerar, y su velocidad comienza a
decrecer a medida que la atmósfera aumenta su densidad, provocando una fuerza
de fricción mayor.
Ciclos biogeoquímicos
La
atmósfera tiene una gran importancia en los ciclos biogeoquímicos. La composición actual de
la atmósfera es debida a la actividad de la biosfera (fotosíntesis),
controla el clima y el ambiente en el que vivimos y engloba dos de los tres
elementos esenciales (nitrógeno y carbono); aparte
del oxígeno. Se
encuentra bien mezclada, es decir, refleja cambios globales.
La
actividad del hombre está modificando su composición, como el aumento del dióxido de carbono o el metano, causando el efecto invernadero o el óxido de nitrógeno, causando la lluvia ácida.
Filtro de las
radiaciones solares
Las radiaciones solares nocivas, como la ultravioleta,
son absorbidas casi en un 90% por la capa de ozono de
la estratósfera.
La actividad mutágena de dicha radiación es muy elevada,
originando la aparición de melanoma en la piel. Sin ese filtro,
la vida fuera de la protección del agua no sería posible.
Efecto invernadero
Gracias
a la atmósfera, la Tierra no tiene grandes contrastes térmicos; debido al efecto invernadero natural, que está producido por todos
los componentes gaseosos del aire, que absorben gran parte de la radiación infraroja re-emitida por la superficie
terrestre; este calor queda retenido en la atmósfera en vez de perderse en el
espacio gracias a dos características físicas del aire: su comprensibilidad, que comprime el aire en contacto con la superficie
terrestre por el propio peso de la atmósfera lo que, a su vez, determina la
mayor absorción de calor del aire sometido a mayor presión y la adiatermancia, que significa que la atmósfera deja
pasar a la radiación solar casi sin calentarse, porque la absorción directa de
calor procedente de los rayos solares es muy escasa. Este efecto invernadero
tiene un papel clave en las suaves temperaturas medias del planeta. Así,
teniendo en cuenta la temperatura media del planeta es de unos 15 °C
debido precisamente al efecto invernadero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario